¿Por qué España se financia gratis?

Si no, sólo quedará reestructurar (antes que un impago) ampliando plazos de la deuda viva de una manera ordenada dentro de la Eurozona y en un proceso guiado por el BCE o entidad supranacional al efecto (aunque esto entra también dentro de las soluciones que suponen cesión de soberanía y que tan poco gustan a los Estados). La alternativa del default no se contempla por la debacle sistémica que supondría, además de la casi segura desaparición del euro, al menos como lo conocemos hoy en día. Pero, como decía la canción, mientras tanto seguiremos esperando… y España disfrutando del espejismo de la financiación a tipos negativos. Eso sí, sólo a corto plazo. ¡Ojalá sepa aprovecharlo! Aprovechen también, amables lectores, este impasse de calma financiera para ordenar sus carteras con criterio y, en este nuevo curso, tengan especial cuidado ahí fuera, en los mercados.

¿Es buen momento para vender o para comprar bolsa?

Seleccionar bien no es tarea fácil. Son significativos los datos de los que se hacía eco Funds Europe la semana pasada sobre los fondos de inversión de gestión activa y su comportamiento respecto a sus índices de referencia o benchmarks: en bolsa europea, sólo un tercio superaba a su benchmark, en bolsa americana tan solo el 20% y en bolsas emergentes poco más del 10%. De ahí que la selección y diversificación de los componentes de la cartera sean hoy nuevamente elementos indispensables para poder sortear en cierta medida las situaciones de riesgo que van a seguir sorprendiéndonos. No, con una cartera compensada al riesgo aceptado, no vendería ahora renta variable, pero sí contaría exclusivamente con compañías de calidad, o fondos que las contengan, y vendería aquéllas cuyos precios siguen sin estar justificados por sus resultados ya que sus cotizaciones pueden seguir bajando.

¿Obama compra bolsa porque ésta sube o es al revés?

En los últimos meses, en las bolsas se ha impuesto el gregarismo al que Obama aludía, siendo las compañías con valoraciones más atractivas abandonadas por la mayoría de inversores. Estoy convencido de que esta tendencia se irá invirtiendo conforme las valoraciones de las propias bolsas sean más ajustadas y creo que este fenómeno está ya sucediendo. Invertir buscando valor siempre será una salvaguardia ante el riesgo de estallido de cualquier burbuja. Tengamos presente que en bolsa la mejor protección es el plazo, pero sólo si se ha comprado bien. Y esto, aunque no lo diga, lo conoce muy bien el presidente de los EEUU, pues si las empresas de su país defraudan en sus resultados, por muchas acciones que él compre, las bolsas bajarán

Bolsas, realidad y engaños

suelo insistir en uno de los karmas buffetianos que dice que una inversión inteligente es la que se centra en “valor”, es decir, aquélla en la que se adquiere algo que vale más de lo que se está pagando. Pues bien, el triste e inacabado episodio de la empresa Gowex pone bien de manifiesto ambas nociones y nos recuerda dos máximas bursátiles de siempre: es imprescindible dar dos pasos hacia atrás para tener una buena visión de mercado y hay que invertir en negocios que se entienden y cuya generación de ingresos es transparente.

¿Nos ve ahora bien The Economist?

Y La conclusión no puede ser otra que…

Aún queda mucho por hacer. Así lo refleja la revista británica y apostilla: “en todos los sentidos”. Hay algunas luces que aclaran el horizonte pero muchas más nubes que pueden traer de nuevo la tormenta. El Banco Central Europeo intentará evitarlo y las bolsas aspirarán a seguir aportando su porción de optimismo. Con todo, la situación aconseja prudencia.

Detecto en el sector y mercados financieros, cada vez con más frecuencia, estrategias de cobertura que pagan por comprar seguridad, a sabiendas de lo caro que será lograr ésta si las cosas se complican. Y, tarde o temprano, en mayor o menor medida, se complicarán. Por ello, sin alarmismos, pero sean vigilantes y no caigan como inversores en la complacencia que no queremos para el Gobierno

Aclarando las Sicav

En Luxemburgo siempre se ha utilizado más la figura de la SICAV que la del fondo de inversión. La mayor parte de las SICAVs luxemburguesas están destinadas a captar ahorro generalista de todos los ciudadanos. Dicho de otra manera, su accionariado no suele estar controlado por un pequeño grupo de inversores sino que está disperso entre muchos. Ello no quita que también existan SICAVs que pertenecen mayoritariamente a una familia o a una empresa como sucede en España.

Luxemburgo ha intentado siempre fomentar el crecimiento de su sector financiero y, dentro de él, de la industria de IICs, dotándose de una legislación más flexible que otros países y logrando ofrecer una seguridad jurídica y financiera del mayor nivel posible. Por este motivo, la mayor parte de las IICs comercializadas en Europa están domiciliadas en Luxemburgo y tienen forma de SICAV. En España, superadas las barreras a la comercialización de IICs extranjeras, la práctica totalidad de bancos ofrece a sus clientes la posibilidad de comprar acciones de SICAVs extranjeras domiciliadas en Luxemburgo (también de otros países como Irlanda) y el volumen de éstas distribuido entre ahorradores españoles recorta distancias con el comercializado en fondos y SICAVs domiciliados en España.

La mayor parte de SICAVs luxemburguesas está gestionada por grupos financieros internacionales, aunque ya hay gestoras españolas que, debido a la citada mayor flexibilidad y seguridad legal, han abierto delegaciones o filiales en Luxemburgo y ofrecen también a todo tipo de inversores, ellas mismas o la red comercial de sus grupos financieros, la posibilidad de adquirir acciones de sus sicavs luxemburguesas.

Complacencia y riesgo de caídas

Los dirigentes de los partidos políticos han recibido una seria llamada de atención con lo sucedido en las elecciones europeas. Richard Koo, economista jefe de Nomura, no podía expresarlo mejor en un reciente informe: “los euroescépticos no ganaron votos por ser populistas, sino que los ganaron a pesar de su populismo; los partidos en el poder han sido incapaces de salir de su ortodoxia política”. Aún estamos a tiempo, pero la complacencia política vuelve a imperar. Por eso creo que es un buen momento para vender los bonos en cartera ya que tendremos pronto, fatídicamente, una buena ocasión para adquirirlos de nuevo más baratos.

¿Draghi-burbuja en las bolsas?

Me centro únicamente en la renta variable obligada a ser el motor de rentabilidad del conjunto de activos financieros que forma un patrimonio y propongo para ella tres pautas de inversión:

– Diversificar sobreponderando Europa, pues el recorrido que quede a las bolsas está aquí más que en EEUU donde las valoraciones son más ajustadas. Algunos mercados emergentes ofrecen buenos ratios fundamentales pero su momentum es más complejo y su presencia debería contar ahora con menor peso.
– Analizar las compañías, favoreciendo aquéllas que por el crecimiento del sector al que pertenecen y su situación destacada en él, por la diversificación internacional de sus fuentes de ingresos, por las barreras de entrada de su negocio y el carácter necesario de sus productos y por su diferenciación de marca, o más bien, por un poco de todo lo anterior, presentan una perspectiva de crecimiento especialmente favorable.
– Incluir primordialmente en la cartera este tipo de empresas siempre que sus valoraciones, teniendo en cuenta todo lo anterior, resulten suficientemente atractivas respecto a su cotización actual como para contar con un elevado margen de seguridad al invertir en ellas.

Financiación barata y peligrosas promesas (políticas)

La efectividad de la política monetaria expansiva del BCE se diluye por el stock de deuda y para reducir éste necesitamos crecimiento. Mensajes económicos que supongan menor trabajo, no pagar las deudas contraídas y complacencia en lo logrado (todavía escaso), acaban creando desunión y desconfianza, por lo que no son precisamente el tipo de medidas que las economías europeas necesitan. Y menos la española, que bate el récord del desempleo. No sé si la tasa de paro bajará al 14% en cuatro años como predice César Alierta, pero de lo que sí estoy seguro es que si no dejamos pronto de lado estas soflamas demagógicas y pisamos el acelerador trabajando más y reduciendo deuda, volveremos a caer en recesión y leeremos un artículo titulado “¿Por qué los costes de endeudamiento españoles son tan altos como los congoleños?”.

Subida de rating y ¿bajada del bono?

Las paradojas y contradicciones son frecuentes en los mercados financieros. La situación de la deuda soberana española puede ser una de ellas. La agencia Standard & Poors acaba de elevar su rating, a la vez que aumentaba hasta el 1,6% la perspectiva de crecimiento del PIB español entre 2014 y 2016. Bonanza y seguridad para nuestros bonos pero sólo aparentemente. Ello se debe a que, pese a las citadas mejoras, creo que vamos a ver pronto el comienzo de un período bajista en el precio de los bonos del Tesoro y, seguramente, en toda la renta fija en euros. Me centraré en los primeros.