Invertir en 2015: 10 preguntas y respuestas (I)

Repasando las recomendaciones que escribí hace un año en este blog, compruebo con satisfacción el buen funcionamiento en rentabilidad de la mayoría de ellas. A cada cual lo suyo, aunque también es justo reconocer que vamos a acabar un aceptable año de mercados, lo que facilita las predicciones. Siempre es más fácil pronosticar lo bueno que lo malo. No obstante, los episodios de fuerte volatilidad sucedidos en 2014 han provocado no pocas renuncias a la exposición al “riesgo bolsa” y la implementación de coberturas a la postre inadecuadas. Por no hablar del castigo que siguen soportando quienes apostaron por materias primas o divisas de países emergentes, grandes perdedores del año que acaba. La sensación de intranquilidad ha sido frecuente y ello ha llevado a muchos inversores a recoger las velas del riesgo y refugiarse en activos monetarios, tranquilos pero sin remuneración. Es el coste de la seguridad en el marco actual con tipos a cero y Estados “híperendeudados”. Veamos qué puede pasar en este entorno.

 

  1. ¿Será 2015 un buen año bursátil para las empresas de calidad?

 

Pese a que el crecimiento se vea frenado por el peso de la deuda en los países desarrollados, las empresas que han sabido ajustar sus balances y posicionarse favorablemente en zonas de crecimiento deben de empezar a dar alegrías a sus accionistas. A lo largo de 2014 hemos visto cómo las compañías más endeudadas y que repartían elevado dividendo han sido las de mejor comportamiento bursátil. No creo que esa tendencia continúe. La selectividad en las inversiones se irá imponiendo y acabaremos probablemente viendo una verdadera rotación desde empresas cotizadas con valoraciones más ajustadas o excesivas hacia compañías cuyo valor intrínseco sea claramente superior a su cotización bursátil. Algunos de los fondos de inversión que se han quedado rezagados en 2014 por seguir este estilo de gestión pueden ser una gran oportunidad de inversión para 2015.

El bajísimo nivel de los tipos de interés junto con el riesgo asimétrico en la renta fija, ambos puntos comentados a continuación, y las mejoras que en sus cuentas de resultados pueden experimentar muchas empresas gracias al bajo coste de la energía, deberían hacer el resto del trabajo para que 2015, seleccionando bien, reitero, fuera un buen año para los inversores en bolsa.

En cuanto a zonas geográficas, creo que el año 2015 puede ser el de las bolsas europeas tras varios ejercicios de mayor protagonismo de EEUU. Las diferencias en el ciclo, más avanzado el de los americanos, y la consecuente mayor actividad del Banco Central Europeo (BCE) en sus inyecciones monetarias y compra de activos en mercado abierto (Quantitative Easing), podrían impulsar un mejor comportamiento relativo de los mercados de nuestro entorno. Otros factores como unos crecientes beneficios empresariales apoyados en una mejora de las ventas, junto con la depreciación del Euro y unas condiciones financieras más favorables, también deberían ayudar a que, esta vez sí, Europa lo haga mejor que EEUU.

 

  1. ¿Seguirá ofreciendo cero el mercado monetario?

 

La baja inflación, favorecida además por la caída del petróleo, va a facilitar el mantenimiento de los tipos de interés ultra bajos en la Eurozona. Japón seguirá igualmente con esta política e inyectando dinero en la economía (abenomics). El cambio de ciclo en los tipos de interés debe producirse en EEUU donde se espera que no más tarde del segundo trimestre de 2015 se produzca la primera subida de tipos por parte de la Reserva Federal.

En todo caso, el citado coste de la seguridad por refugiarse en activos monetarios para evitar la volatilidad de los activos con riesgo, seguirá consistiendo en la ausencia de retorno.

 

 

  1. ¿Volverán a tener un buen año los bonos del Estado español?

 

No lo creo. La recuperación, débil pero real, de varias economías europeas puede provocar una progresiva elevación de la tasa de rentabilidad de referencia para la renta fija (bono alemán a 10 años o bund) que se mueve en el insólito entorno del 0,60%. La proporción de esta subida será probablemente superior a la posible reducción de nuestra prima de riesgo que ya está en niveles muy bajos y a la que le queda escaso recorrido de estrechamiento. Si tienen plusvalías latentes en bonos españoles, no lo duden, materialícenlas y esperen a que la curva de tipos de interés se desplace para arriba para volver a comprar. Sólo una recaída en recesión, escenario al que asigno bajísima probabilidad de suceder, haría que nos equivocáramos con tal estrategia.

 

  1. ¿Tiene sentido la renta fija europea en las carteras?

 

Si el mercado de Deuda europeo no esperara una intervención del BCE como menciono más arriba, las rentabilidades de los bonos europeos soberanos ya habrían repuntado (y los precios bajado). Cuando esto suceda, me refiero a la compra de Deuda por el BCE, convendrá reducir posiciones si no se ha hecho antes. Por tanto, en cuanto a este activo, esperar y ver.

Similar planteamiento para los bonos privados donde los diferenciales de riesgo están muy ajustados. Tanto en éstos como en los soberanos, el riesgo es claramente asimétrico, mayor probabilidad de caer en precio que de que éste suba, y su presencia en carteras puede ocasionar minusvalías por los desplazamientos al alza de la curva de tipos en sus distintos plazos. Veo preferible una combinación de cash y bolsa, graduando sus pesos en función del comportamiento del mercado, que la tradicional cartera mixta con renta variable y renta fija ya que el comportamiento de ésta podría restarnos la rentabilidad que nos proporcionen las posiciones en acciones.

 

  1. ¿Continuará la apreciación del dólar (USD)?

 

Hace ahora un año, preveía la apreciación del dólar basada en el mayor crecimiento de la economía americana y en la subida de las rentabilidades de sus bonos. Lo primero sí ha sucedido pero no lo segundo. Pese a ello, el balance ha sido muy favorable para el dólar cuya apreciación en 2014 respecto al euro supera el 10%. La reafirmación de la tendencia al alza del PIB estadounidense y el más que probable incremento de los tipos en EEUU, tanto de los oficiales como en los distintos plazos de la curva, deberían de intensificar el fortalecimiento de la divisa americana para satisfacción de las empresas europeas (por su ganancia en competitividad) y de nuestros gobernantes (por la potencial inflación que importaremos).

Sobre su presencia en carteras, tres recomendaciones:

  • Contar siempre con inversiones directas o indirectas en USD en carteras grandes para las que se acepten al menos niveles medios de volatilidad. Se acrecienta así la diversificación y se facilitan con frecuencia contrapesos favorables en momentos de caídas de la renta variable en euros.
  • Conforme se produzca la superación de niveles objetivo de referencia en el cambio USD/EUR (1.20, 1.10 y hacia la paridad), consolidar parcial y progresivamente la eventual plusvalía lograda en la divisa. Ya habrá ocasión para volver a diversificar en dólares cuando el mercado y los propios americanos vuelvan a debilitarlo.
  • En carteras pequeñas o en las que se prefieran mantener bajos niveles de volatilidad, mejor no contar con divisas distintas al Euro. No olvidemos que una divisa diferente a la de razonamiento de un inversor (ésta es el Euro para un residente en España), es siempre un activo de riesgo.

 

Continuará…

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