Minirally: ¿espejismo o cambio de tendencia?

Finalizado el mes de  noviembre con balance muy favorable  para todos los mercados, tanto de acciones como de bonos y con la excepción del decadente mundo cripto – si se le puede llamar mercado -, surge la pregunta de si ya hemos visto el rally de fin de año o si diciembre nos deparará similares alegrías. Veamos dónde estamos.

El ejercicio 2022 va a ser peor para el inversor conservador que para el agresivo…

Aun con la recuperación en precio del pasado mes (mejores datos de inflación lo han permitido), la renta fija acumula en este ejercicio caídas que en media superan de largo el -10% en todas sus categorías (bonos soberanos, privados, high yield, emergentes, etc.). El hecho de venir de tipos al 0% o negativos en casi todos los plazos, la desbocada subida de los precios impulsada por las alzas en el coste de la energía y las consecuentes políticas monetarias restrictivas de los bancos centrales, son los factores que han provocado la  mayor caída que se recuerda en el precio de los bonos.

El entorno descrito ha desencadenado  caídas muy elevadas en las valoraciones de todo tipo de carteras conservadoras/prudentes  en las que el tipo de activo «renta fija» acostumbra a ser mayoritario. El escaso o nulo peso de las inversiones monetarias a corto plazo que, hasta abril de este año, ofrecían retornos negativos, ha contribuido también al desastre descrito. En cambio, el inversor de perfil agresivo que ha contado mayoritariamente con renta variable podrá cerrar un año 2022 más que digno e incluso favorable si tenemos en cuenta el sufrimiento bursátil de los dos trimestres anteriores. Eso sí, lo anterior ocurrirá siempre que la diversificación de su cartera haya sido lo suficientemente alta y no haya habido sopreponderaciones de algunos sectores que venían de muy arriba, como el tecnológico, y que acumulan fuertes pérdidas en el ejercicio (la sobrerreacción alcista en EEUU de hace unos días minora el daño pero no cura la herida).

…porque además las Bolsas pueden seguir recuperando en diciembre algo del terreno perdido…

Las quinielas sobre si asistiremos o no este año a un «rally de Navidad» muestran todo tipo de resultados. El balance de éstos es positivo para el precio de las acciones porque, aparte de la historia que juega a favor, se estima que las Bolsas se apoyarán en unos datos de inflación en descenso y en un mensaje de los banqueros centrales algo más reposado en cuanto a subidas de tipos (como hizo Powell de la FED hace unos días). No obstante, este potencial buen comportamiento bursátil, como explico a continuación, puede ser  demasiado transitorio como para cambiar el sentimiento inversor  de fondo que sigue siendo negativo.

…pero no se prevé un buen año para los mercados de acciones en 2023

Lo que indico en el antetítulo se debe a que las cotizaciones de las Bolsas siempre se mueven en base a dos factores: los  beneficios de las empresas y el nivel presente y esperado de tipos de interés. El  actual entorno macro no ayuda  a ninguno de los dos componentes citados:

–        Aunque con datos mixtos, los indicadores de confianza de la  Eurozona, en media, señalan un deterioro progresivo de la actividad.

–        En  Estados Unidos  también vamos conociendo cifras cada vez más débiles en sectores clave como la vivienda y una confianza de los consumidores que acelera su descenso. La moderación en la contratación pone también de relieve la ralentización de la economía americana.

–        En  China, con o sin confinamientos, los índices de confianza empresarial continúan decepcionando dando nuevas señales de contracción de la actividad en el gigante asiático.

–        Finalmente, la  inflación, aunque perdiendo fuerza, se mantiene todavía en niveles difícilmente soportables (7 – 10%) por las economías occidentales.

El  contexto que se avecina es por todo ello recesivo y adverso para los precios de las acciones  ya que los beneficios empresariales van a descender, especialmente en los sectores más cíclicos, y los tipos, aunque suban con menos fuerza, seguirán altos.

En definitiva, el minirally que estamos viviendo, que bien puede extenderse durante el presente diciembre, no es una señal del final de la tendencia bajista de las Bolsas sino que  la  volatilidad (caídas) va a permanecer  durante una buena parte de 2023. La profundidad de la recesión determinará su duración y marcará los tiempos para volver a tener más peso en renta variable.

Asesórense bien y sean prudentes.

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