¿Conviene ahora reducir bolsa?

Las bolsas han aflojado el ritmo de subidas en la primera semana de marzo. Es normal tras su fulgurante comienzo de año (MSCI AC World-Growth acumula en 2015 un +6,4). Aunque los mercados que realmente han subido con fuerza son los europeos (MSCI Europe +10,7%) y no así los americanos (S&P 500 +1%). Expondré brevemente en este post por qué considero ahora conveniente reducir la exposición a renta variable con vistas a incrementar ésta cuando el precio de las acciones haya corregido.

 

La subida de tipos de interés en EEUU puede llegar antes de lo previsto

 

He escuchado durante las últimas semanas a varios reputados analistas que estimaban que la Reserva Federal (FED) no subiría tipos hasta el año próximo. Imagino que, tras el dato de desempleo conocido el pasado viernes, estarán cambiando de opinión. La creación de empleo en EEUU se ha acelerado (la tasa de paro ha caído al 5,5%) y con ella se incrementa la probabilidad de alzas en los tipos de interés americanos. De hecho, anticipándose a ese aumento, el dólar se fortaleció rompiendo con claridad el nivel de 1,10 USD vs EUR y acercándose a la paridad con nuestra divisa.

 

Si se confirma la subida de tipos por parte de la FED que, como vemos, podría coger con el pie cambiado a buena parte del mercado, el desplazamiento hacia arriba de toda la curva de tipos de interés no se haría esperar (los tramos más largos ya han comenzado el movimiento) y, en consecuencia, los precios de los bonos caerían. Esta caída, al menos en el corto plazo, arrastraría a la renta variable.

 

Varios focos de riesgo siguen abiertos

 

Las bolsas han subido pese a que varias incertidumbres siguen sin resolverse y algunas toman todavía más fuerza. Me refiero a la situación de algunas zonas emergentes y especialmente la de Brasil, donde su Banco Central subió la pasada semana los tipos de interés en 0,25 puntos hasta el 12,75%. Es su nivel más alto desde 2009. La inflación en Brasil alcanza niveles de 7,1%, muy por encima del rango alto objetivo del 6,5%. El país bordea la recesión y el descontento social se incrementa ante las mayores dificultades que se avecinan por el descenso del precio de las materias primas.

 

Por supuesto no me olvido de Grecia, donde sus autoridades tienen ahora que seguir demostrando capacidad de gestión y altura de miras. Su ministro de finanzas debe presentar en la semana que hoy comienza una lista de reformas con el objetivo de desbloquear anticipadamente parte de la ayuda europea. Ese dinero sería utilizado para pagar las facturas del Estado griego, entre ellas el vencimiento durante este mes de marzo ya comenzado de un préstamo del Fondo Monetario Internacional por valor de 1.500 millones de euros. Un tramo de más de 300 millones de euros ha de ser liquidado este próximo viernes. Un impago por parte de Grecia traería el miedo, en forma de fuertes caídas, a las bolsas. Por no hablar del posible referéndum sobre la continuidad o no del país dentro del Euro.

 

Las políticas ultra expansivas pueden acabar funcionando

 

Tanto los tipos de interés a largo plazo de la Eurozona como los de Japón han descontado hasta ahora con caídas el fracaso de las políticas monetarias expansivas de los respectivos bancos centrales de estas zonas económicas. Parece que estas medidas, dirigidas a aumentar la demanda e impulsar la actividad económica y el empleo, pueden estar dando cierto fruto, al menos en Europa, pues el Banco Central Europeo (BCE) elevó el jueves pasado sus previsiones de crecimiento económico para 2015: el PIB de la Eurozona crecería el 1,5% en 2015, frente al 0,9% del año pasado y el 1,0% que se esperaba según su previsión anterior en diciembre. Para el próximo año, los analistas del BCE esperan un crecimiento del 1,9% y del 2,1% para 2017. Si el petróleo recupera parte del terreno perdido, la inflación estaría a la vuelta de la esquina y, con ella, cierta normalización de la curva de rentabilidades de los bonos europeos (subida de tipos que se compensaría en parte, forzosamente, por las compras del BCE). Es decir, precios de los bonos europeos ligeramente a la baja (su nivel de sobrecompra es extremo) en un movimiento que podría acarrear una corrección de la también muy sobrecomprada renta variable europea.

 

No abandonamos el activo

 

Sigo creyendo que la renta variable europea, con la debida selectividad y gestión activa, va a seguir siendo el mejor activo en 2015. El citado dato de previsión de nula inflación por parte del BCE casi garantiza la permanencia anunciada (hasta septiembre de 2016) de la quantitative easing de Draghi y, como sabemos, las bolsas acaban agradeciendo en forma de subidas estas inyecciones monetarias en el mercado de bonos. Si además, los resultados empresariales en Europa terminan, como así parece, mejorando de verdad con respecto a 2014, tenemos escenario de bolsa alcista para rato. Aunque ahora corrija. Si así sucede, en este entorno de recuperación del crecimiento, podremos encontrar atractivas oportunidades de inversión. La habilidad de los buenos gestores se pone a prueba. Veremos.

 

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