Alternativas al fin de la QE en EEUU

El pasado viernes, Daniel Badía y Diana Esperanza acertaban al analizar en un artículo de la edición en papel de Expansión cómo podía afectar a los mercados la subida de tipos de interés de la Reserva Federal (Fed). En él, un servidor opinaba que las caídas de la renta variable americana estaban aseguradas y el contagio a otras bolsas, aunque con menos fuerza, también. Indicaba igualmente que los bonos del Tesoro americano sufrirían en precio por el desplazamiento hacia arriba de la curva de tipos, especialmente los tramos medios (3 – 5 años); mientras que la renta fija europea, por el contrario, aguantaría mejor debido a que el QE de Draghi la inmuniza, al menos parcialmente. En este post añadiré una visión que refuerza esta opinión y que redunda en el posible desplome del precio de los bonos.

 

Los problemas de la economía americana

 

La idea la leía durante el fin de semana en una columna de Barry Ritholtz en el medio de comunicación Bloomberg View. En ella se relataba una eficiente manera de normalizar la política monetaria americana. Para ello, Rithotz explicaba antes cuáles son para él las cuestiones clave de la economía de EEUU: su decadente sistema de infraestructuras, los déficit federales, la citada normalización de la política monetaria y la escasez de bonos de buena calidad en el mercado.

El planteamiento es simple: cómo aprovechar el cambio de ciclo de los tipos de interés americanos para reducir el coste medio de parte de la deuda emitida por el Tesoro americano (más de 18 billones de dólares de deuda viva y en gran medida con un coste superior a lo que el mercado exige hoy). Además, se podría sacar partido de ese menor coste destinando esos fondos ahorrados en intereses a reconvertir las obsoletas infraestructuras americanas (Ritholz las define como tercermundistas en algunos aspectos) y conseguir con ello dar un nuevo impulso a su economía.

 

“Otra” vía de normalización de la política monetaria USA

 

Ritholtz parte del hecho de la escasez de activos de calidad en el mercado de bonos mundial y de la realidad de tipos de interés ultra bajos en los países desarrollados. En este entorno, el Tesoro americano debería incrementar más el volumen de deuda en circulación y no vender los bonos (con notables plusvalías latentes) que se alojan en el balance de la Fed (con duración media de 7 años) y que se compraron durante la QE de Bernanke. Éstos debería mantenerlos hasta su vencimiento evitando el riesgo de ventas masivas en el mercado de renta fija. Es una manera menos perturbadora para los mercados de dar por totalmente acabada la QE.

Estima el articulista americano que esta estrategia de emitir más deuda con tipos bajos refinanciando parte de la ya emitida con tipos más altos, aligeraría el déficit por la vía del menor pago de intereses y permitiría normalizar poco a poco la estructura de tipos de interés americana, a la vez que se obtendrían ahorros en el servicio de la deuda que podrían utilizarse para impulsar la economía modernizando el sistema de infraestructuras del país. Además, esto lo añado yo, dada la sensibilidad de las empresas americanas a las subidas de tipos por su elevado apalancamiento, evitaría un rápido incremento del coste de la deuda de las empresas, cotizadas o no, dando más aire a la economía (los últimos datos macro no han sido favorables). Sucede que una estrategia como la descrita necesita del favor del Congreso americano y, como sabemos, la ampliación del techo de deuda es una materia sensible utilizada por los congresistas republicanos para atacar al actual gobierno demócrata. Ritholz finaliza su artículo “dando cera” a la clase política americana.

 

Siguiendo a Ritholtz

 

Para los seguidores de personajes diferenciales en los medios de comunicación, les contaré que Barry L. Ritholtz, además de comunicador en radio, TV y columnista en Bloomberg View, es cofundador de una casa de gestión de patrimonios y es uno de los periodistas económicos más influyentes en EEUU. Entre sus aciertos como gestor de dinero, se encuentra la predicción a tiempo de la caída de los mercados en 2008. Escribió hace unos años el premiado libro Bailout Nation, en el que explica cómo la economía americana se metió en la mayor crisis financiera de su historia y las consecuencias y posibles salidas de ésta. El diario New York Times lo calificó como irreverente lo que, para un libro sobre finanzas, puede ser, y así lo es en este caso, el mejor de los halagos. Muy recomendable.

 

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