Lecciones tras Banco Madrid

Este post no va a tratar sobre el origen de la crisis de Banco Madrid y de su matriz andorrana BPA, episodio que pasará a la Historia de las finanzas españolas por la improvisación y escasa habilidad en su gestión. Lo que quiero exponer aquí son algunas de las implicaciones que se ponen de manifiesto cuando suceden eventos de este tipo, tan inesperados como lamentables.

 

Ningún banco puede responder en unos días por su pasivo

 

No existe banco en el mundo que pueda en un corto lapso de tiempo devolver todo el efectivo que sus clientes le han depositado. La estructura financiera de una entidad bancaria está formada por activos, pasivos y capital. En el pasivo se alojan los importes prestados por terceros (en el mercado interbancario, por ejemplo) y los depósitos de los clientes. En el activo están las inversiones llevadas a cabo por el banco, entre las que suele ser mayoritario el crédito a clientes. El capital del banco consiste en los fondos que, no siendo exigibles por los prestamistas o los depositantes, sirve también a la entidad para financiar sus operaciones de inversión.

Existen normas internacionales (Basilea III) aplicables a todos los bancos que exigen un mínimo de capital que les permita afrontar los resultados negativos de las operaciones fallidas de crédito e inversión, de modo que las pérdidas sean absorbidas por el capital del banco, y no por los depósitos de los ahorradores. Pues bien, en el caso del Banco Madrid, este parámetro (Tier I) se movía en el entorno del 38% (de acuerdo con datos de la entidad), situándose así entre los más elevados no sólo de España sino de toda Europa. ¿Cómo pudo en unos días devenir insolvente? Por la sencilla razón de que la mayoría de sus clientes comenzaron a llevarse el dinero al conocerse la intervención de su matriz andorrana acusada de blanqueo de capitales. ¿No pudo frenarse este movimiento? Parece que no se pudo o, seguramente, no se quiso. El tiempo, posiblemente, lo aclarará. ¿Puede esto pasar en otros bancos? En cualquiera que experimente una fuga de depósitos de la magnitud de la acaecida en Banco Madrid. Entonces, ¿todos los bancos son iguales? Indudablemente, no, porque el tamaño es, en estos casos, muy relevante.

 

Ningún banco es 100% seguro, aunque en esto “siempre hay clases”

 

Una de las causas por las que se ha dejado caer al Banco Madrid es por su reducido tamaño. La ausencia de riesgo sistémico en su caída ha facilitado la aplicación del nuevo sistema vigente en la Eurozona por el cual, en caso de insolvencia de un banco, si las pérdidas de accionistas y acreedores no bastan, se puede recurrir a los depósitos con más de 100.000 euros. El número de depositantes de Banco Madrid rondaba los 15.000 y sumaban depósitos por 695,6 millones de euros (según información de la Asociación Española de Banca a noviembre pasado), por lo que la media por cliente depositante era de 46.373 euros. Con estos datos, la incidencia de su liquidación en el sistema es muy escasa y así lo han considerado las autoridades españolas absteniéndose de la mayor implicación que suponían las alternativas a la liquidación, como eran su venta o su nacionalización.

No les quepa ninguna duda de que si a las cifras anteriores les pusiéramos al final 2 ó 3 ceros más, la postura adoptada por el Gobierno español, y por ende por el Banco de España y por la CNMV, habría sido muy distinta. Tanto que ahora estaríamos ante otra absorción más de una entidad con problemas por parte de uno de los grandes de nuestro sector financiero. La contabilidad creativa lo aguanta casi todo (imprescindible conocer, por lo escandaloso, el caso de Abanca), pero los episodios de blanqueo y el hecho de la presencia de EEUU como promotor de la intervención, dificultaban demasiado la adopción de otras soluciones para superar la crisis de Banco Madrid.

 

Los fondos de inversión se muestran como el activo más seguro

 

Existen una serie de recursos aportados por los clientes de una entidad bancaria que se sitúan por ley fuera del balance de ésta. Se trata, básicamente, de las carteras de valores de los clientes (bonos y acciones), de los fondos de inversión y de los planes de pensiones. Estos activos nunca son utilizados en la liquidación de un banco, quedando así sus titulares a salvo de quebrantos en sus acciones, participaciones o títulos valores que se trate. Todos ellos serán traspasados a un nuevo depositario, que será quien pase a recibir las órdenes de los titulares de esas inversiones y, en el caso de los fondos, también a otra entidad gestora.

A lo que no son ajenos estos vehículos de inversión es a las consecuencias de la eventual operativa que mantuvieran, por decisión de la gestora, con la entidad en liquidación. En el caso que nos ocupa, los fondos y sicavs de la gestora Banco Madrid Gestión de Activos que tuvieran depósitos en Banco Madrid podrían experimentar pérdidas por pasar a formar parte estos depósitos de la masa patrimonial a liquidar. Estas eventuales pérdidas se reflejarán en bajadas de los valores liquidativos correspondientes a los fondos y sicavs afectados. Es decir, los inversores en estos fondos y sicavs mantendrán todas sus participaciones y acciones, pero con un valor que puede ser inferior al que tenían antes de la intervención de Banco Madrid y ello no por causas ligadas a los mercados financieros, sino porque esos vehículos de inversión contaran con depósitos en la entidad en liquidación.

 

El inversor debe cuidar todos los detalles

 

Me refiero a la hora de trabajar con un intermediario financiero, banco, gestora o sociedad de valores, y comprar o suscribir cualquier activo financiero. Sé que existe una normativa de protección del inversor, pero la eficacia práctica de ésta dista mucho de ser la idónea. El asesoramiento financiero profesional tiene aquí mucho que decir y que hacer, tanto a la hora de escoger los activos de una cartera de inversión como en la elección de las entidades financieras donde depositar estas inversiones. Se trata de uno de los fenómenos más en auge dentro del mundo financiero español que puede, y debe, ayudar a evitar muchas situaciones de indefensión y de mala praxis que, por desgracia, nunca serán totalmente erradicadas. El mundo del dinero es así. Además, ya tienen suficiente riesgo los mercados como para que los actores del sistema añadan alguno más. Feliz Semana Santa.

 

www.icapital.es

twitter: @GSantos_A