¿Superarán los mercados el populismo?

La utilización del término populismo supone adentrarse en un terreno difícil que intercala arenas movedizas con alguna zona de tierra firme. En teoría, se supone que la lucha por los derechos del pueblo en contra de una élite privilegiada está en la base de esa filosofía. En la práctica, sabemos que eso es falso ya que el populismo tiende a convertirse en demagogia y en intereses políticos de, otra vez, unos pocos.

El mal llamado populismo que no siempre daña la economía

A Trump  se le sigue tildando de populista pero ha impulsado la economía estadounidense por la senda del crecimiento en un momento en que parecía que ésta alcanzaba el final del ciclo alcista. En el extremo opuesto, el populismo latente en muchas medidas económicas que el actual Gobierno español quiere aprobar podría llevar a España a una fuerte ralentización del crecimiento de la economía española y, si el entorno macro se complica, a una nueva recesión.

En los mercados financieros se está produciendo un fenómeno altamente llamativo: pese al contexto de crecimiento global en el que nos movemos, este  “cajón de sastre populista”  nos puede estar conduciendo a una nueva crisis y a caídas en las Bolsas y demás mercados de riesgo.

Italia encabeza los riesgos

El caso más cercano de populismo larvado de demagogia lo tenemos en Italia. La alianza de partidos que allí gobierna con bases políticas de derecha e izquierda ha presentado un presupuesto en Bruselas que incumple el techo de déficit. Como reacción, la Comisión Europea ha recomendado incluir al país transalpino en el Procedimiento de Déficit Excesivo, iniciando así los primeros pasos para multar a Italia por incumplir las reglas fiscales de la Unión Europea (UE). Ante esta amenaza, las autoridades italianas pueden optar por:

  1. Mantener su postura durante un tiempo y seguir haciendo gestos del tipo “quitarse unzapato” y con él en la mano aplastar los planes que Europa le propone, como hizo hace unas semanas el eurodiputado de La Liga Angelo Ciocca en el Parlamento de Estrasburgo. Los mercados continuarían penalizando a los activos italianos (especialmente a sus bonos soberanos cuya prima de riesgo triplica la española) y el contagio al resto de Europa, sobre todo a sus Bolsas, proseguiría.

 

  1. Llevar a cabo algunos retoques en los Presupuestos en aras de la ortodoxia de gasto antes de que se aprueben definitivamente por el Senado y el Congreso a finales de diciembre próximo. Esas modificaciones podrían ayudar a calmar los ánimos con la UE y a apaciguar las tensiones que experimenta la alianza de gobierno de la Liga y del M5S. De hecho, estos partidos tienen programas y electorados muy diferentes y el riesgo de una crisis gubernamental que provoque unas elecciones anticipadas no es desdeñable.

Me inclino por la segunda alternativa pues crece el número de políticos italianos que reconoce que el endeudamiento adicional que prevé llevar a cabo su Gobierno puede ahogar a Italia en una espiral de deuda pública y provocar una nueva crisis cuya consecuencia sería más austeridad y menos crecimiento, justo lo contrario de lo que profesan.

El paralelismo entre lo que está sucediendo en Italia y lo que podría producirse en España es, como mínimo, alarmante.

Alta sensibilidad en los mercados

En estos momentos, los mercados de acciones y de bonos están anteponiendo el riesgo político a los fundamentales de la economía. Cualquier atisbo de una reducción de las tensiones provocaría rebotes  al alza en las cotizaciones de muchos activos. Hoy tendremos un buen ejemplo de ello con el triste y, quizás, efímero, acuerdo para el Brexit.

Asesórense bien y sean prudentes.