Gestión activa: ¿quién dijo miedo?

Me llamó poderosamente la atención la noticia publicada a principio del presente mes por Citywire Selector sobre el reto que planteaba el gestor de fondos alemán Eckhard Sauren. El desafío consistía en ofrecer un millón de eurosa cualquier responsable de un fondo de inversión con gestión pasiva que batiera la rentabilidad de su fondo una vez transcurridos los próximos diez años; el gestor que aceptara el envite debería pagarle la misma cantidad si su fondo se quedaba por detrás al final del citado período. El dinero iría a parar a una institución con fines sociales elegida por el ganador. Buen destino, pues, para el premio de la apuesta. El valiente gestor alemán pone de nuevo sobre la mesa la controversiagestión activa/gestión pasiva en un momento de especial interés para esta materia.

El fintechreaviva el debate

El aparente avance de los sistemas de asesoramiento automatizado denominados robo advisors(asesores robotizados)refuerza el debate sobre la conveniencia de invertir con una estrategia de selección de compañías o con otra que se limite a comprar las empresas que conforman un índice y mantenerlas en el tiempo. Estos sistemas digitales de asesoramiento y gestión de carteras de inversión (finance + technology = fintech) se basan en una asset allocationglobal, instrumentada en fondos índice o ETFs y siguiendo los principios de la gestión pasiva, como cuenta Martín Huete en un reciente post. Trataré en otra entrada de este blog la evolución del sector fintechy su relevancia dentro de la industria financiera.

Dispersión de rentabilidades

Además, en el presente ejercicio nos encontramos con una gran dificultad para lograr retornos positivos en carteras de todo tipo, tanto en las centradas en gestión activa como en las que sólo operan con productos de gestión pasiva. La dispersión de resultados de los distintos activos está siendo elevadísima: bolsas emergentes vs. bolsas de países desarrollados, renta fija europea periférica vs. renta fija europea corey americana, etc. Asimismo, dentro de los distintos mercados, sobre todo en los de renta variable, hay sectores muy penalizados (fuerte caída de telecomunicaciones y tecnología en el último mes) y otros que ofrecen rentabilidades favorables como consumo cíclico. Esta dispersión se refleja con fuerza en los fondos de inversión flexibles y multiactivo (también denominados de allocation) cuya rentabilidad está, salvo excepciones, dejando bastante que desear en 2018.

Necesidad de una diversificación inteligente

Lo expuesto en el punto anterior obliga a combinar en la gestión de un patrimonio una visión estratégica con una visión táctica y a la implementación de ambas mediante una gestión activa de la cartera que pueda utilizar vehículos de inversión de todo tipo (fondos, ETFs, activos directos, etc.).

La visión estratégica viene determinada por el nivel de riesgo de un inversor con visión a largo plazo y por el entorno macro y sus perspectivas. La visión tácticase refiere al momento de entrada y salida de determinados activos financieros, a la graduación de la exposición a cada tipo de activo, al estilo de gestión aplicado (muy relevante con fondos de gestión alternativa) y, en definitiva, a la selección de tipos y subtipos de activo específicos con un buen criterio para escoger los gestores de fondos de inversión y su peso en cartera en cada momento.

Sin plazo no hay recompensa

Las citadas visiones, estratégica y táctica, están condicionadas por un plazo de tiempo para que las inversiones maduren. Éste será más largo para la parte estratégica (central o nuclear) de la cartera y más corto para la táctica (satélite o complementaria). Sólo si el inversor tiene paciencia, infrecuente virtud en el inversor español, recibirá su fruto pues, de lo contrario, la probabilidad de tomar decisiones con un timing inadecuado (con el pie cambiado) y acabar yendo por detrás del mercado, es muy elevada.

De ahí la fuerte convicción de ganar la apuestapor parte del gestor alemán con quien comenzaba este post. Eckhard Sauren no duda de que, transcurridos 10 años, su método de gestión batirá en rentabilidad a cualquier fondo de la misma categoría que se limite a comprar y mantener similares tipos de activo con una gestión pasiva. Por cierto que, por ahora, no me consta que ningún gestor haya aceptado el reto.

Asesórense bien y sean prudentes.