Biden y los mercados, ¿ahora qué?

No exageraba la pasada semana definiendo en esta columna a las elecciones americanas como un show. Dejaré para otros foros la intrahistoria de los recientes comicios que ha ganado el candidato demócrata. ¡Cómo son estos americanos capaces de crear Google y Microsoft pero que no logran proclamar qué candidato es el elegido hasta varios días después de las elecciones! Los mercados de acciones y bonos han subido a toda velocidad  dejando de lado la tensión electoral. ¿En qué piensan los mercados financieros y qué se espera ahora?

Primera consecuencia: bloqueo político en la toma de muchas decisiones

Del resultado electoral se deriva un  Congreso dividido  (Senado demócrata y Cámara de Representantes republicana) lo cual prolongará las dificultades para sacar adelante cambios sustanciales en la política económica. Tampoco se espera en el corto plazo el esperado estímulo fiscal (incremento de ayudas públicas) lo que dificultará la progresión de la economía americana que en el tercer trimestre se recuperó con mucha fuerza.

Las Bolsas dan más importancia a los bajos impuestos

En la situación descrita, es probable que las propuestas de subir los impuestos sobre sociedades, renta y sucesiones sean bloqueadas en el Senado así como otros cambios regulatorios que podrían afectar a la banca, los sectores farmacéutico y energético y a los gigantes tecnológicos. Debido a lo anterior los precios de las acciones y de los bonos han subido con fuerza (+7% de media los principales índices bursátiles) aunque  esta reacción podría diluirse  conforme pasen los días y se conozcan más datos sobre las medidas que prevé tomar el nuevo Presidente en un entorno donde el virus Covid-19 sigue descontrolado.

El crecimiento del PIB en EEUU seguirá avanzando

A pesar de este maremágnum, la economía estadounidense se mantendrá en la senda de la recuperación sustentada por la  política de tipos de interés ultrabajos  de la Reserva Federal (como confirmó su Presidente Powell hace unos días) y unas condiciones de financiación muy favorables que seguirán impulsando la actividad empresarial y el consumo de los ciudadanos.

Conclusión esperanzadora para los mercados pero siempre que no se vuelva a cerrar la economía

En este contexto podríamos ver un déficit público elevado durante bastante tiempo y posibles presiones inflacionistas que podrían  penalizar el precio de la renta fija  americana aunque sin excesivo riesgo de ver una cascada de  defaults  (impago de emisiones por empresas) y unas Bolsas que, mantenidas por el soporte del sector tecnológico, deberían de exhibir una  tendencia alcista en lo que queda de año.

En todo caso, para que se produzca lo anterior han de producirse dos  eventos indispensables:

  • La confirmación de la invención y distribución de una o varias vacunas efectivas que se prevé para el final del primer trimestre de 2021.
  • Y que la economía no vuelva a bloquearse por un nuevo confinamiento de las personas.

Hasta que se corroboren las variables descritas, tendremos que seguir  mirando a China, único país del mundo que ha reencauzado su crecimiento, ya que su influencia es ahora especialmente positiva para la economía global y puede verse reforzada por la supuesta actitud más edificante, y como mínimo menos beligerante, del Presidente electo de EEUU en todo lo ligado a las relaciones comerciales internacionales. Tanto en bonos como en acciones, la región asiática es todavía el  mejor oasis para el inversor  en estos momentos.

Asesórense bien y sean prudentes.

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