Una opción (válida) para el ahorro conservador

Parece que el incremento de volatilidad que han experimentado los mercados financieros en este comienzo de año legitima de nuevo la creación de malos productos por parte de algunas entidades y su venta indiscriminada por sus redes de distribución. El cash quema a los bancos en sus balances pues, aunque no paguen interés alguno al depositante, les cuesta dinero mantenerlo ocioso debido a las penalizaciones establecidas por el BCE. Algo hay que hacer con el dinero de la legión de ahorradores/inversores conservadores que hay en España y qué mejor que un fondo de inversión, o depósito, garantizado, deben de pensar los directivos bancarios. Sucede que esos productos que se están lanzando acostumbran a tener larguísima duración (más de siete años en algún caso) y una esperanza de rentabilidad (ligada normalmente a renta variable) cercana a cero. Tras las caídas en los precios de bonos y acciones en los dos primeros meses del año, los fondos mixtos que la banca ha utilizado para reemplazar a los depósitos que vencían de sus clientes, “ya no cuelan”. Resulta que, ¡oh, sorpresa!, cuando las cotizaciones de la renta fija y variable bajan, esos fondos también ofrecen rentabilidad negativa. Y al inversor conservador no le gusta perder dinero.

 

Seems like you’re cornered, doesn’t it?

 

El gestor americano Bill Gross, que fue bautizado como el rey de los bonos (gestionaba en Pimco una cantidad de dinero equivalente a todo el PIB español), contaba en la última carta a sus inversores que, para él, en el presente entorno, las inversiones seguras no existían y así las repasaba: las teóricamente baratas acciones de bancos, los bonos privados, especialmente el high yield, los bonos soberanos alemanes y americanos, e incluso estar en liquidez, no son alternativas válidas de inversión para evitar perder dinero. Por ello, escribía la frase del título: “es como si estuvieras acorralado, ¿verdad?”, pensando en la sensación que deben de tener los inversores más prudentes ante la actual coyuntura de mercado.

 

La gestión alternativa vuelve a las carteras

 

La gestión alternativa basada en el retorno absoluto es una técnica que busca proteger el patrimonio invertido en cualquier entorno de mercado y obtener siempre rentabilidad positiva. Fácil decirlo y muy difícil hacerlo. En general, bien con arbitrajes o bien con coberturas parciales o totales de la posición comprada, los gestores de fondos de inversión que se engloban en esta categoría crean carteras que casi siempre se comportan con relativa estabilidad. Otra cosa es la obtención de rentabilidad positiva, como ahora contaré.

 

De esta manera, tras estar un tiempo en segundo plano en muchas carteras inmersas hasta hace poco en la vorágine alcista que parecía no tener fin (menos en España), vuelven a recobrar protagonismo los fondos de tipo long/short (L/S) gracias a su capacidad de apaciguar nervios y ofrecer expectativas de rentabilidad. Si bien éstas, en muchas ocasiones, tienden a sobredimensionarse por parte de gestoras y distribuidores, creando una ilusión de retorno que con frecuencia se ve defraudada. En todo caso, estos productos logran descorrelacionar una cartera de inversión tanto con el comportamiento de la renta variable como con el de la renta fija.

 

Mitad comprado y mitad vendido

 

Los fondos de inversión que aplican este estilo de gestión tienen carteras que cuentan con una serie de activos comprados y con otros, con frecuencia índices, vendidos. De esta manera, siempre que los movimientos del mercado favorezcan esa estrategia bidireccional, podremos evitar perder dinero cuando se produzcan caídas e incluso obtener beneficio con ellas. Esa rentabilidad favorable del fondo respecto a la del mercado es lo que en gestión de inversiones denominamos alfa.

 

Dentro de la categoría L/S, si hay una técnica desagradecida de gestionar, ésa es la que tiende a orientar la cartera hacia la neutralidad en la exposición a mercado (market neutral). Nunca es sencillo identificar los valores o índices que van a subir pero todavía es más complejo discernir cuáles van a caer o van a ir peor que aquéllos que se han comprado. Teniendo la mitad de la cartera comprada y la otra mitad vendida se acostumbra a limitar el downside del mercado, pero capturar su upside es más complicado.

 

En búsqueda de alfa

 

Como digo, lograr esa rentabilidad extraordinaria manteniendo muy baja volatilidad es una ardua tarea. Si siempre se obtuviera un retorno positivo, este tipo de productos financieros sería la panacea para el inversor conservador y no lo es. Son sólo unos pocos los fondos de inversión que logran rentabilidades positivas en cualquier tipo de situación de mercado y que lo hacen con consistencia en el tiempo. De ahí que lo que tiene que hacer el inversor es, apoyándose en el mejor asesoramiento posible, identificar a esos gestores que encuentran alfa de manera recurrente comprando/vendiendo acciones o índices.

 

Quien no soporta el riesgo

 

El que no tiene bolsa porque su elevado grado de aversión al riesgo no se lo permite, debe seguir manteniéndose al margen de los mercados de acciones. Vista la política de tipos de interés reinante, el cansancio causado por no recibir rentabilidad por su dinero puede llegar a ser insoportable. Por todo ello, contar con activos que ayuden a descorrelacionar una cartera con el comportamiento de la renta variable y con el del mercado de bonos, es hoy especialmente valioso. Tanto que varios de estos fondos de gestión alternativa de tipo market neutral han sido cerrados recientemente para nuevos inversores debido a su crecimiento y a la dificultad de su gestión con demasiado volumen. Esta tendencia puede continuar a lo largo de 2016. Para los fondos que sigan funcionando, claro.

 

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