Apuntes para el 2018

Las economías globales esperan un desarrollo tan bueno para este año como en 2017

Estados Unidos vive su segundo ciclo económico más largo desde la Segunda Guerra Mundial y aunque es difícil definir su duración, poco a poco nos acercamos al final.

En este entorno debemos plantearnos reducir el riesgo global de las carteras, lo que es una difícil decisión en un entorno próspero que invita a relajarse y disfrutar del momento.

La prudencia nos pide que reajustemos las carteras para que en ningún caso superen el nivel de riesgo de confort de cada inversor, en un entorno de mayor volatilidad que la actual.

La volatilidad está en mínimos. La percepción del riesgo por lo tanto es menor y los inversores asumen más riesgo del que debieran por que el riesgo conlleva premio. En 2017 mucho premio. Pero qué pasará cuando la volatilidad vuelva a niveles normales?. Lo cierto es que, como hemos vivido ya en varios episodios de los últimos años, el crecimiento del trading algorítmico acelera los movimientos de los mercados acentuando subidas y sobre todo bajadas.

Situación actual:

La inflación sigue sin parecer un problema global y los bancos centrales continúan siendo relativamente acomodaticios.

Si miramos los indicadores adelantados, el crecimiento económico se tendría que mantener a lo largo de 2018 de manera sincronizada en todas las grandes economías.

La agenda política ha pasado a un segundo plano. Aunque están a la vuelta de la esquina las generales en Italia, Cataluña y “Midterm” americanas.

Por zonas:

Estados Unidos tiene la mejor perspectiva. En su fórmula se suman: dólar débil, reforma fiscal, autosuficiencia energética, liderazgo tecnológico, aumento del gasto público, normalización prudente de tipos, entre otras cosas.

El panorama en Europa es alentador, pero la economía se verá afectada si el Euro sigue apreciándose. Europa es neta exportadora.

En los países emergentes se prevé una aceleración de crecimiento sin graves desequilibrios.

Los grandes temas de este año:
Inflación

La Inflación subirá por el aumento del precio del crudo (de 42 a 65 en 6 meses). Un efecto que se hará más evidente en Estados Unidos que en Europa por la subida del EUR y sus reducidos impuestos sobre la gasolina.
Pero la circunstancia más inflacionista es el aumento de los salarios. Estos subirán más en la economía norteamericana, próxima al pleno empleo, que en la europea con un 9% de desempleo. Por eso la FED americana ha empezado a normalizar su política monetaria, ya que a su 2% de inflación, le esperan 3 subidas de 0,25% este año.

El resto de los grandes bancos centrales seguirán inyectando liquidez. Parece que hasta septiembre. En el caso del BCE, la situación es compleja porque mantener un euro fuerte importaría deflación.

En resumen, la liquidez mundial seguirá siendo abundante este año: una buena noticia para las bolsas y los bonos.

Divisas

El USD está en tendencia bajista: mal dato. Las tendencias en las divisas son largas.
A pesar del diferencial de tipos, la reforma fiscal americana parece negativa para el USD ya que el estado recaudará menos y en términos de balanza por cuenta corriente habrá mayor importación que exportación.

Y en cuanto a las inversiones:
La renta fija

Será muy dependiente de las perspectivas de inflación, de la actuación de los bancos centrales y de la velocidad en normalizar sus políticas.
Aunque hay valor en emisores de peor calidad, las primas de riesgo y de liquidez casi han desaparecido.

Bolsas

Siguen siendo atractivas. No están baratas, pero tampoco los niveles de precios son preocupantes, sobre todo con este nivel de tipos. No obstante, este año puede ser más complicado que el anterior y no descartamos alguna corrección.
La bolsa americana sube espoleada por la reforma fiscal. Cierto es que de momento los resultados de las empresas avalan las subidas. Además, se aprovecharán de la debilidad del USD.

Las bolsas europeas, que están estancadas desde mayo 2017, tendrían que reaccionar positivamente a los buenos datos económicos europeos. Están claramente más baratas que las americanas, aunque esto es lógico y estructural. El problema es el Euro.

Las bolsas de los países emergentes tendrían que seguir comportándose bastante bien porque los datos son positivos. Crecimiento en Asia y subida de materias primas son ingredientes de éxito.

Conclusión

Seguimos adelante con la estrategia global, vigilando la inflación y divisas, al mismo tiempo que observamos de cerca la situación del ciclo americano.