¿Por qué no suben las bolsas?

Por ello, creo que sigue siendo recomendable continuar sobreponderando el peso de la bolsa europea y, dentro de ésta, el de la alemana, favoreciendo a aquellas empresas con un crecimiento esperado diferencial siempre que éste les otorgue un mayor margen de seguridad (diferencia entre el valor intrínseco y el precio de mercado de una acción), lo que nos facilitará protección en caso de ulteriores caídas del mercado. Con estos fundamentos, aceptando la volatilidad del activo y escogiendo con buen criterio el tipo de compañías en que se invierte, considero que acabaremos teniendo un buen año bursátil en Europa. Y en España, si no lo estropean los políticos, también.

La volatilidad, el amigo inseparable

Para acabar, les dejo dos de las máximas que se atribuyen al gran inversor y empresario Warren Buffet: “si no puedes ver caer tu acción un 50% sin entrar en pánico, no deberías invertir en bolsa” y “la incertidumbre es el amigo fiel del que compra acciones a largo plazo”. Y añadiré una de mi cosecha: si una inversión es buena, ante la incertidumbre, tengan paciencia y tiendan a ver el vaso medio lleno, vivirán más felices y acabará pasando lo mismo.

Aprovechar las caídas: dos inversiones que ganan atractivo

Las caídas en los principales índices de renta variable han hecho daño a muchos inversores y no es sencillo afrontar la gestión de una cartera de inversión en un entorno en que la renta fija tiene un riesgo asimétrico (mayor probabilidad de pérdida que de ganancia) y el mercado monetario no proporciona retorno alguno. Por eso, conviene recordar que durante los pasados días no todo ha bajado y que ha habido cierto rally experimentado por algunos activos refugio, lo que demuestra, una vez más, la importancia de la diversificación, en tipos y subtipos de activos y en estilos de inversión, como la mejor herramienta de gestión del riesgo.

Aclarando China y sus mercados

Las causas que han podido motivar las recientes fuertes caídas de la bolsa china son de todo tipo: desde el incremento del apalancamiento de muchos inversores chinos y la generación de órdenes sistemáticas que retroalimentan los descensos, pasando por la autorización hace unos meses del préstamo de acciones que sustenta las ventas a corto, hasta el posible recalentamiento de un mercado apoyado en un modelo de crecimiento que es, desde hace un tiempo, puesto en cuestión. Desde el momento en que la propia contabilidad nacional del oscuro régimen comunista chino crea constantemente desconfianza, la probabilidad de identificar las verdaderas razones por las que se mueve ese mercado es siempre reducida.

¿Qué nos enseña la crisis griega?

Pese a las indecisiones y contradicciones que día a día exhibe la clase política europea, es muy posible que 2015 acabe siendo un buen año para las bolsas, pero con una elevada dispersión de rentabilidades entre los distintos mercados. Las valoraciones y expectativas de las empresas, el papel de la divisa y la asincronía en el ciclo, obligan a variar la distribución táctica en los pesos específicos de la exposición a bolsa. Hacerlo directamente o vía gestores especializados, y siempre con el debido asesoramiento, depende del inversor. No hacerlo puede suponer perder buena parte del alza del mercado o incluso entrar en negativo (la semana pasada el Ibex estuvo varios días en este territorio, tanto en rentabilidad acumulada como en interanual).

Referéndum, demagogia y mercados

La lectura de que el triunfo del “No” en el referéndum griego es un paso para cambiar Europa, es otra de las grandes falacias que el populismo va a querer vender. Esperemos que sean mayoría los políticos españoles que se alejen de esa demagogia y hagan un esfuerzo por transmitir que lo que ha sucedido en Grecia es el mejor ejemplo de cómo se pone en riesgo la riqueza de los habitantes de un país, aunque, en el caso griego, ésta sea cada vez más escasa por la propia incompetencia de sus políticos.

¿Seguro que Grecia no es Lehman?

Llevamos varios trimestres observando cómo los recelos y las discordancias entre los políticos europeos se han dejado de lado y éstos están dando buena muestra de unión y compromiso con la estabilidad financiera y con la recuperación de las economías europeas. La continuidad de esta actitud debería de facilitar que, tras la tormenta inicial en los mercados, vuelva la calma. Pero antes, nos espera una intensa y acelerada semana.

El problema no sólo es Grecia, la FED avisa

No sabemos cómo acabará este enésimo episodio del affaire griego. Creo que, tanto si el desenlace es traumático (impago desordenado de Grecia y abandono del Euro) como en el caso de un nuevo parche a la crisis (reestructuración de deuda y “patada a seguir”), los mercados sobrerreaccionarán a la baja o al alza respectivamente. Una salida ordenada de Grecia de la Eurozona ya está, en buena medida, en precio en estos momentos. Al menos en muchas compañías cotizadas aunque, probablemente, no en el sector bancario, máximo damnificado en un evento de default total de Grecia.

Comprar bolsa española, ¿tiene sentido en este entorno?

Por un lado vemos cómo el dinero de los no residentes busca oportunidades de inversión y consideran a España como una de ellas, tanto en inversión real como financiera. Por otro, los precios relativos de muchas de nuestras empresas cotizadas no son caros en términos de PER y se tornan baratos si los comparamos con la renta fija. Si a ello añadimos la recuperación de la demanda, los menores costes energéticos y la mejora de competitividad de nuestra divisa por la apreciación del dólar, podemos aventurar un crecimiento de beneficios empresariales por encima de previsiones, es decir, lo que le gusta al mercado.