Comprando (más) Bolsa, ¿nos arrepentiremos?

Qué poco ha bastado para que las Bolsas estadounidenses se lanzasen al alza con inusitada fuerza! Bien sea por la debilidad que el presidente de la Reserva Federal (Fed) aprecia en la economía, o bien sea por el apego a su cargo, sus palabras en Jackson Hole trajeron optimismo.

Jackson Hole trajo el entusiasmo

Del encuentro anual de Jackson Hole (Wyoming, USA) de los grandes banqueros centrales del mundo, académicos, ministros de finanzas y algunos directivos de multinacionales, ha descollado una noticia: es muy probable que Jerome Powell baje el tipo de interés oficial a mediados del próximo mes de septiembre retomando así el ciclo de recortes que interrumpió a final del pasado año. Al menos, eso ha interpretado el mercado y de ahí el fuerte repunte del pasado viernes de los índices americanos (Russell 2000 +4%, por citar el más destacado), el hundimiento del índice Vix – índice del miedo – a 14 (en torno a mínimos de los últimos 10 años) y la fuerte caída del dólar.

En definitiva, parece que Powell está más preocupado por el debilitamiento de las cifras de empleo que por la persistencia de la inflación, y quizás también por mantener su mandato hasta mayo de 2026 que es cuando éste expira oficialmente. Con todo, como casi siempre en economía, no hay nada seguro hasta el punto que las estimaciones del PIB de EEUU difieren considerablemente entre los distintos bancos regionales que forman parte de la Reserva Federal.

Mal fondo económico pero las Bolsas podrían subir más

Como contaba hace unos días en esta columna semanal, la carrera arancelaria impulsada por el presidente Trump ya ha comenzado a limar los cimientos de la economía estadounidense. La magnitud final del daño la desconocemos en estos momentos pero el menoscabo es seguro, comenzando por los consumidores estadounidenses (los resultados publicados por Walmart se suman a las crecientes pruebas de una contracción del gasto) y siguiendo con los exportadores mundiales en general. Sin embargo, creo que es poco probable que se produzca una recesión global en toda regla.

De hecho, medidas como la que se espera tome el banquero central americano así como otros bancos centrales, unidas a estímulos fiscales en Europa y en EEUU, deberían ayudar a evitar ese escenario recesivo. De cumplirse lo anterior, la actual desaceleración económica mundial sería transitoria.

En el marco descrito, podríamos ver más subidas en los índices de renta variable. Es llamativo que, atendiendo a datos históricos, las largas esperas entre recortes de tipos (de entre 5 y 12 meses y la Fed lleva 8 desde la última bajada) acostumbran a traer un sentimiento positivo para el inversor: el índice S&P 500 subió un año después en 10 de cada 11 ocasiones en que se produjo la demora descrita.

La renta fija, por su parte, está ofreciendo niveles de rendimiento muy ajustados. Realmente, sólo en sus segmentos más arriesgados, como los bonos corporativos de alto rendimiento (high yield) y los bonos de mercados emergentes, se encuentran retornos para los que puede merecer la pena asumir el riesgo de invertir en este tipo de activo, especialmente en Europa por la mejora de las perspectivas económicas, la resistencia del sector bancario europeo y la baja expectativa de impagos.

Cambio de perspectiva para los inversores con baja ponderación en Bolsa

Muchos inversores en renta variable están en la actualidad centrados en las medidas que la Fed pueda tomar el próximo mes de septiembre y en la continuación de la flexibilización monetaria en EEUU y en Europa, en la creencia que ello aceleraría la inversión empresarial y el gasto de los consumidores. Además, gracias a la reducción de los costes de financiación, el entorno explicado apoyaría a las empresas más pequeñas y, especialmente, las compañías de sectores cíclicos más sensibles a los tipos de interés. Los índices, por ahora, así lo están creyendo.

Por todo ello, para aquellos inversores que cuentan con una baja ponderación en renta variable en sus carteras, veo recomendable incrementar algo ésta con vistas a lo que queda de año. Poco a poco y sin excesos, pues no olvidemos que los aranceles y la desaceleración del gasto de los consumidores amenazan en estos momentos los beneficios empresariales y el empleo, y que la cuantificación de ese deterioro es todavía incierta. Fondos mixtos con gestión activa y elevada diversificación geográfica son ahora el modelo preferido a seguir por los inversores más prudentes. No creo se arrepientan.

Ahora, gran parte de la atención se centrará en el próximo informe de empleo de EEUU que determinará si se confirma o no la visión y toma de medidas de Powell como cito al principio de esta columna. Veremos.