La inversión en mercados privados y su perspectiva para 2026

Tras unos años complicados con tipos de interés elevados, dudas en la evolución de las principales economías y numerosas tensiones geopolíticas que provocaron cierta desaceleración de la actividad, parece que la normalización de estos factores podría contribuir a la estabilización y crecimiento del sector.

Con todo, el capital privado o private equity (PE) ha avanzado favorablemente en 2025 en cuanto a inversión/desinversión en activos a él ligados, si bien no ha sucedido lo mismo en lo referente a captaciones de fondos para nuevas inversiones. En 2026, estas dependerán en buena medida de la estabilidad económica y financiera y del mantenimiento del entorno de tipos de interés bajos del que estamos disfrutando hoy día. Una alteración de lo anterior, bien por motivos de subida de la inflación o bien por tensiones geopolíticas, principales riesgos con los que se enfrenta la inversión en PE, comportaría un empeoramiento de las bases en que se apoya el sector para crecer.

Nivel mínimo de cartera para plantearse invertir en activos alternativos y porcentaje en esta.

La inversión en PE en general o los denominados activos alternativos ilíquidos, inversiones siempre ligadas a la economía real (capital privado o capital riesgo), siempre deben formar parte de una cartera pues ayudan a atemperar el efecto de la ciclicidad de la economía en los mercados públicos (Bolsas y mercados de renta fija).

No en vano, sopesando su poca o nula liquidez en periodos de tiempo largos, 8 – 10 años al menos, aconsejo invertir en este tipo de activo cuando la valoración de la cartera global del inversor supere al menos los dos o tres millones de euros. Además de lo ya comentado sobre la (i) liquidez, creo que el ticket inversor deseable (importe mínimo por cada inversión) debería ser de al menos 100.000 EUR.

Esta cuestión de la cuantía de la cartera global y del importe mínimo a invertir por producto no es ni mucho menos pacífica. De hecho, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha abierto la mano hace pocos años autorizando la inversión en muchos tipos de fondos de inversión de PE a partir de tan solo 10.000 eur, lo que considero un riesgo innecesario para los inversores minoristas por mucho que luego la CNMV vigile con lupa la comercialización de esos fondos a los pequeños inversores.

Es, con frecuencia, el alto nivel de comisionamiento para las entidades gestoras y distribuidoras, lo que ha provocado que la oferta de estos productos se haya disparado a pesar de ser complejos y de que el dinero no se puede recuperar a discreción durante períodos largos como comento más arriba.

Diferente cuestión es la de invertir en otros activos alternativos como materias primas, oro y metales preciosos, por ejemplo, pues esto puede hacerse de manera eficiente vía fondos de inversión o ETFs totalmente líquidos y está por ello, lógicamente, abierto a la mayoría de inversores.

En cuanto al perfil de riesgo del inversor en mercados privados, en términos generales, si es tolerante al riego, es adecuado contar con al menos el 10 – 20% de la cartera global dedicado a este tipo de inversiones. Para inversores de perfil más moderado, entre el 5 y el 10% es siempre aconsejable.

¿Qué podría funcionar mejor en Europa en 2026?

Para el próximo año, considero especialmente interesante la inversión en:

  • Fondos de crédito/deuda privada que facilitan un plus importante de rentabilidad sobre sus equivalentes en mercados organizados. Las empresas recurren cada vez más a soluciones de financiación flexibles y rápidas, mientras que los inversores encuentran en esta clase de activo con una prima de iliquidez, mayor estabilidad en valoración y mejores retornos ajustados al riesgo que en otras alternativas de renta fija. Éste es un síntoma de un mercado más maduro, profundo y sin señales sistémicas de tensión, como opinan en la gestora española Arcano especializada en este tipo de activo.
  • También los fondos que invierten en infraestructuras deberían tener un buen año en 2026 gracias, entre otras causas, al impulso del gasto fiscal en Alemania, país que ha aprobado un fondo de 500.000 millones de euros que en 12 años se destinarán a infraestructuras y transición energética
  • Finalmente, los fondos de PE centrados en buyouts (movimientos corporativos) con exposición a operaciones de diferente tamaño son una estrategia para la que siempre hay demanda y que también se beneficia del entorno de tipos bajos y del crecimiento económico global.

Para acabar esta columna, hago un llamamiento a la prudencia en la inversión en los mercados privados: discernir antes de actuar, entender suxº complejidad y avanzar con medida incluso en tiempos de exceso. No puedes controlar los ciclos de la economía, pero sí puedes controlar cómo inviertes.