Más inversión en Bolsa, ¿también en tecnología?

Finalizado el tercer trimestre y conforme nos acercamos al final del año, no son pocos los analistas que están cambiando su estrategia y pasando a ver la inversión en renta variable con más optimismo. Parece que los hechos han vencido la visión negativa que defendían durante los pasados meses.

A los que, partiendo de una postura de cautela, hemos estado recomendando mantener posiciones en Bolsa a lo largo del año, no nos sorprende el mencionado cambio de postura. Ello se debe a que a pesar de Trump, sus aranceles y la difícil situación geopolítica en varias zonas del mundo, se hace difícil no aceptar que estamos atravesando un entorno económico saludable. Y es que tras una desaceleración en la primera mitad de 2025, la economía mundial ha mostrado una resistencia sorprendente. El crecimiento se ha mantenido sólido y el impacto de los aranceles estadounidenses parece modesto. El crecimiento de la inversión, especialmente en el sector tecnológico, ha sido fuerte debido al importante gasto en Inteligencia Artificial y ha fortalecido la confianza del inversor como comento más adelante.

La inflación se mantiene bajo control a pesar de los recientes repuntes en las cifras del IPC de Estados Unidos. Diversos indicadores macroeconómicos sugieren que la economía mundial está preparada para una recuperación en 2026, respaldada por la flexibilización fiscal en Alemania y Estados Unidos. De ahí que el entorno más aceptado en estos momentos sea el de un crecimiento económico suficientemente robusto como para evitar una burbuja en las Bolsas. Éstas seguirán apoyándose en beneficios corporativos favorables y en una inflación sin sustos alcistas que facilitará un entorno de tipos bajos tanto en Europa como en EEUU.

El fenómeno tecnológico sustenta la confianza en la renta variable

El espectacular auge del sector tecnológico estadounidense sigue reportando elevados beneficios y buenas expectativas. Por si había alguna duda sobre su positiva proyección, hace unos días se anunció una alianza estratégica entre las empresas Nvidia y OpenAI que redefine el marco actual del desarrollo tecnológico potenciando la capacidad de computación de los centros de datos en magnitudes desconocidas hasta ahora.

Lo anterior ha ayudado a elevar las valoraciones llevando a muchos analistas a hablar de euforia excesiva e inversiones circulares dentro del sector (Nvidia invierte en OpenAI, ésta contrata a Oracle quien compra el producto de Nvidia…). Todo ello podría crear una creciente vulnerabilidad de las cotizaciones del sector y trae el recuerdo del círculo vicioso de financiación de proveedores que se produjo durante la burbuja tecnológica.

En definitiva, ¿nos estamos acercando a los excesos del pasado o se trata de un nuevo ciclo estructural apoyado en un prodigio llamado Inteligencia Artificial facilitador de mayor eficiencia empresarial y más calidad de vida para los ciudadanos? Veremos, si bien, en todo caso, el nivel de tangibilidad de gran parte del «milagro tecnológico» es muy elevada, a diferencia de lo sucedido en el año 2000 con el estallido de la gran burbuja puntocom cuando detrás de muchas empresas sólo había esperanza de ingresos pero no flujos reales. El cuadro que incluyo a continuación refleja la valoración de las tecnológicas por región y dice mucho sobre esa realidad:

placeholderFuente: Bloomberg, a 22 de septiembre de 2025 y MAN Group.
Fuente: Bloomberg, a 22 de septiembre de 2025 y MAN Group.

Las barras de color azul oscuro reflejan el PER del sector en cada zona geográfica y las de color azul claro el crecimiento de los beneficios por acción (bpa) con el mismo criterio: Asia lidera y cuenta con el mayor atractivo inversor (cotizaciones más bajas y mayor crecimiento del bpa) versus EEUU que es el mercado más caro.

Para los inversores que sigan la tesis expuesta en esta columna, parece que las alternativas de inversión van aclarándose y que la rentabilidad futura en este sector dependerá en gran medida de una correcta elección de los vehículos de inversión utilizados y en su diversificación más allá de Silicon Valley. Recuerden que no pueden controlar lo que hace el mercado pero sí cómo invierten en él.