Un cuento chino que es verdad

China no para de sorprender. Su economía se está convirtiendo en la primera del mundo con un inexorable avance en todos los campos. Pero una economía aislada acaba fagocitándose, por lo que su verdadera importancia reside en la integración. Las autoridades chinas lo saben y, por ello, a finales de 2013 comenzaron a implementar la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda Belt and Road Initiative (BRI es su acrónimo en inglés). Se trata del mejor ejemplo de la voluntad de crecimiento del gigante asiático quien, como comentaba Bloomberg.com la pasada semana (texto en inglés), cuenta ya con el mayor PIB del mundo atendiendo a la paridad de poder adquisitivo. Me explicaré.

¿El primer PIB del mundo? 

Estos son los mayores PIB mundiales considerando el tipo de cambio actual.

Fuente: Banco Mundial

Con esta perspectiva, Estados Unidos continúa siendo el principal productor mundial de bienes y servicios seguido de cerca por la Unión Europea (en el gráfico, ésta aparece desagregada y representada por Alemania y Reino Unido), seguida de cerca por China.

A continuación, la misma foto pero teniendo en cuenta la paridad del poder adquisitivo (PPA) que permite homogeneizar los datos eliminando la ilusión monetaria ligada a la variación de los tipos de cambio y consiguiendo así una imagen más exacta de lo que realmente produce un país.

Fuente: banco Mundial

Con este enfoque, China ya está por delante de EEUU y, además, aparece con fuerza la India. Esto no supone que los chinos sean más ricos que los estadounidenses. La realidad de la numerosa población china es muy diferente a la de los americanos ya que la renta media per cápita en China continúa siendo muy modesta (todavía por debajo de 7.000 dólares), siendo esto una de las claves de su potencial de crecimiento.

Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda (BRI)

Se trata de un proyecto político-económico del actual presidente de la República Popular China, Xi Jinping, que parte de la reconstrucción de la antigua ruta de la seda y la creación de rutas marítimas paralelas, afectando a 60 países de Asia, Europa y Africa que suponen el 63% de la población mundial y el 35% del PIB global.

La inversión en infraestructuras (transporte de energía, puertos y ferrocarril, fundamentalmente) ligada al BRI es enorme y está soportada por las gigantescas reservas monetarias chinas (equivalentes a casi 3 veces el PIB español). Además de impulsar la internacionalización del yuan, China consigue con el BRI aprovechar su capacidad industrial ociosa, mantener empleos en sectores clave como el acero y el cemento y, en definitiva, reforzar su presencia económica en el mundo. Solo en 2016, los chinos realizaron inversiones en 7.961 empresas de 164 nacionalidades distintas, según los datos de su Ministerio de Comercio.

El aspecto político

Hace unos días comenzó el XIX Congreso del Partido Comunista chino en el que participan 2.287 representantes de los 89 millones de afiliados a esa formación política. No hay duda de que el BRI supone un dividendo político favorable para el Gobierno chino y para la legitimidad del Partido Comunista como centro generador del movimiento de la economía china y de la mejora del nivel de vida de su población. La progresiva igualación social (China tiene más ricos que EEUU pero el 10% de sus 1.400 millones de habitantes son pobres) es la asignatura pendiente de este gran país y sus políticos son conscientes del necesario reequilibrio. A ello está ayudando el hecho de que  el Gobierno chino haya ido reduciendo el peso del Estado en la economía y haya apostado por facilitar la entrada de nuevos competidores. 

Efecto en las bolsas

La pasada semana se conoció el dato de PIB del tercer trimestre de China que reflejaba un crecimiento del +6,8%, lo que apuntaría a que terminaría el año con un crecimiento del +6,5%. China es hoy el principal riesgo para las bolsas mundiales como contaba durante el verano en este blog y el alejamiento del temido aterrizaje forzoso de su economía no garantiza la estabilidad de los mercados pero sí es un componente indispensable para que la renta variable global mantenga su favorable perspectiva.