Seguimos confiando en la Renta Variable

En conjunto la expectativa de crecimiento mundial ha mejorado ligeramente.

Seguimos inmersos en la mediocridad, pero los datos de crecimiento del empleo en Estados Unidos, la mejora del consumo en la UE, y datos razonables de crecimiento desde Asia nos hacen pensar que quizá sea un año ligeramente más brillante (menos gris) que los pasados.

Que puede hacer descarrilar este tren?. Pues en principio fuerzas exógenas. Una China que se desacelere más de lo esperado o las elecciones Europeas de este año (Holanda, Francia, Alemania) que si bien parece que van encaminadas a mantener la clásica socialdemocracia en la que vivimos instalados desde hace décadas, eso si,  bajo el disfraz del bipartidismo, lo cierto es que en todos los casos, las fuerzas anti-Europa  o anti-Euro han ganado peso.

Si algo nos ha enseñado el 2016 es que la maquinaria de predicción electoral está bastante desajustada. No podemos confiarnos en exceso.

Se puede lograr una aceleración en el crecimiento? Es poco probable. Hay motivos estructurales, como el envejecimiento, la vertiginosa transformación del mundo laboral por el efecto de la tecnología, que evoluciona mucho más rápido de lo que somos capaces de adaptarnos como sociedad, y por supuesto, el exceso de endeudamiento que dejan poco lugar a la esperanza.

El motor del crecimiento de este ciclo ha sido la política monetaria, y ésta va perdiendo efectividad. Parece que los nuevos aires de la política mundial, más claramente en Estados Unidos, pero con ciertos guiños también en Europa y Japón, abogan por que sean los presupuestos de los gobiernos los que tomen el relevo de impulsar el crecimiento a los bancos centrales, con mayor inversión o menor presión fiscal, aunque su margen es limitado por las fuertes deudas que acarreamos del pasado.

Para que la economía funcione, los estímulos de los bancos centrales o de los gobiernos deben ser capaces de arrancar el motor del sector privado que es el que con su consumo e inversión debe mover la economía. Este es el punto crítico y todavía no lo vemos con claridad.

Sin embargo, esta visión un poco lánguida de la economía pone en valor a las compañías que saben generar beneficios. Por eso defendemos que nuestro sitio es La Renta Variable. La bien seleccionada. Y que hay sectores que claramente se van a beneficiar de este incremento de inversión pública. Además el incremento de los beneficios empresariales vuelve a poner en valor a muchas compañías, sectores e incluso mercados que pudieran parecer sobrevalorados. Con tipos reales en cero o negativos (aunque los nominales estén aparentemente mejorando) se soportan valoraciones mucho más exigentes en bolsa.  Seguimos apostando por ella, sin dejarnos despistar por los chubascos puntuales.