POPULAR, ¿LA INVERSIÓN DEL AÑO?

No son pocos los que preguntan durante estas últimas semanas sobre el atractivo de invertir en el valor Banco Popular. Acabamos de conocer en Expansion.com que Popular se ha deshecho del primer activo en su nueva época, la de Saracho, el nuevo Presidente. ¿Será ésta la venta inicial de una larga cadena que salvará al banco o un paso dentro de una gran reestructuración que culminará en una macro ampliación?

Todo viene, aparentemente, del miedo a una OPA 

En el año 2004, al recién nombrado Presidente de Banco Popular, Ángel Ron, sustituto del que convirtió a este banco en el más eficiente de Europa, Luis Valls, le obsesionaba que la entidad pudiera ser objeto de una OPA en Bolsa que supusiera una pérdida de control y de su preciada independencia. Buscando evitar tal evento, lanzaba el Plan Suma que consistía en lograr un beneficio de 1.000 millones de euros en un plazo de 1.000 días (2004 -2006) y que culminó con éxito. Lo recuerdo bien pues un servidor trabajaba entonces en el Grupo Banco Popular como Director General de una de sus gestoras de fondos de inversión y Sicav y, aunque poco tuve que ver en el logro, me pagaron un bonus por su consecución. Era la época dorada cuando llegó a capitalizar casi 19.500 millones de euros (abril de 2007), frente a los 2.800 de la actualidad.

La factura de tal hito fue la entrada tardía de la entidad en la carrera inmobiliaria que finalizó en una burbuja cuya explosión ocasionó, y sigue haciéndolo, enormes problemas a nuestra economía. La política de financiar operaciones inmobiliarias de todo tipo contaminó el balance del Banco Popular hasta tal punto que, tras casi 10 años desde el final del boom inmobiliario, todavía no ha podido limpiarse en su totalidad.

Luego vinieron otras decisiones de gestión también más que discutibles desde el punto de vista de la creación de valor para el accionista entre las que destaca la absorción de un escasamente solvente Banco Pastor sin ayudas públicas. El temor a entrar en una operación de consolidación del sector bancario seguía impulsando una carrera hacia delante cuya meta está siendo la complicadísima situación actual que ya conocemos: luchas intestinas en el Consejo, imposibilidad de pagar dividendo y correcciones retroactivas en las cuentas por insuficiencia en determinadas provisiones como reconocen los propios auditores.

La venta de activos comenzó hace tiempo

La venta de activos no es algo nuevo en la forzada estrategia del banco. Durante la crisis, al Popular le acuciaban las urgencias por contar con suficiente capital para eludir hacer ampliaciones. Por ello, comenzó a vender activosde su balance para los que encontraba comprador: los inmuebles de las sucursales, el propio negocio de éstas creando Targobank junto con el francés Crédit Mutuel, ventas parciales de las gestoras de fondos y pensiones a Allianz, así como de otras filiales como Aliseda y Medios de Pago.

Pese a todo este adelgazamiento de balance, Popular ha tenido que emitir en los últimos ocho años más del doble de las acciones que figuran actualmente en la bolsa, llevando al accionista a una dilución superior al 85% que podría ampliarse en caso de nueva ampliación (los analistas de Bankinter la ven inviable como contaba Expansión.com hace unos días).

Un penny stock o un chicharro de alto riesgo 

La acción de Popular cotiza hoy en día a menos de 70 céntimos de Euro y alcanzó un máximo histórico por encima de los 34 euros por acción – ajustado según los criterios de Reuters – a finales de marzo del año 2007. Una caída del 98%. Haciendo un ejercicio de realidad, no debemos olvidar el contrasplit llevado a cabo en junio de 2013 que fue de 5 acciones por 1. De ahí que la verdadera cotización actual del Popular sea en este comienzo de mayo de aproximadamente 13 céntimos de Euro. Estamos ante un penny stock que, pese a pertenecer a un sector teóricamente más estable como el bancario que el de las típicas «acciones centavo o penique» del sector tecnológico, no esconde una volatilidad abrumadora: casi el 65% de volatilidad anual frente al 15% de la volatilidad del índice (volatilidad anual registrada a 30 sesiones según datos de Bolsamanía.com).

La cotización de Popular es binaria

Creo que lo que mejor define la inversión en la acción de Banco Popular es el concepto de opción binaria, es decir, que su rentabilidad futura será igual al valor de unos activos y su capacidad de generar ingresos, o bien a nada en absoluto.

Las alternativas que tiene ahora el banco son diversas:

–       Una nueva ampliación: Société Générale calculaba hace unos días un aumento de capital de 3.100 millones de euros a 0,55 euros por acción.

–        La absorción total por uno de los grandes bancos con Santander, BBVA (quien lo valora ahora a 0,5 euros) y CaixaBank encabezando las apuestas.

–        La entrada en el capital de un banco extranjero con Crédit Mutuel en un, deseado a mi juicio, horizonte de salvación de la independencia.

–        Continuar con la venta de activos que, junto con la generación de ingresos, facilitaría a la entidad un tiempo valioso para enderezar el rumbo y fortalecer su balance sin necesidad de las alternativas anteriores.

–        Una solución que mezcle parcialmente algunas de las posibilidades citadas.

–        Finalmente y en un escenario extremo de falta de apoyos, la intervención y toma de control del banco por parte del estatal Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) como sucedió con Bankia.

En todo caso, a nadie se le escapa que el banco se tendrá que enfrentar a situaciones traumáticas en lo que respecta a la reducción de costes y de capacidad instalada generada en los tiempos de bonanza.

Complejo y tortuoso panorama el del Banco Popular ante el que no me queda más que reconocer que no sé si su acción será la inversión del año comprando a los precios actuales, pero sí estoy seguro de que es una de las más arriesgadas que hoy día ofrece la Bolsa española. Binaria, como digo, ganar mucho o perder todo.