Queda poco para cerrar un buen año, ¿puede torcerse?

Visión de los principales activos de inversión.

Finalizado el mes de octubre, la última parte del año se presenta con pocos cambios en cuanto a perspectivas macro y comportamiento de los mercados financieros. No obstante, la buena evolución de las bolsas en 2017 deja poco espacio para grandes subidas en lo que queda de ejercicio. Como siempre, las alegrías irán por barrios y habrá sorpresas negativas en los activos en los que la complacencia ha alcanzado mayores cotas.

¿Qué puede pasar en lo que queda de año? ¿un rally alcista?

Es improbable que veamos un rally alcista en lo que queda de año. El mercado ha avanzado con fuerza en lo que llevamos de año y, salvo shock inesperado en alguna de las principales economías (China, EEUU, UE), esperamos una consolidación de los actuales niveles.

¿Qué le puede suceder a la bolsa española?

La bolsa española era la mejor del continente hasta que la crisis separatista en Cataluña tomó cuerpo; la pérdida de fuerza de ésta, bien por encuestas favorables al bloque constitucionalista o más claramente por el triunfo de este tras el 21-D, podría relanzar sin duda nuestra renta variable.

Mientras el Gobierno central controle la situación, la Bolsa española lo hará mejor que la europea. Un triunfo del bloque separatista en las elecciones del 21-D o algún giro inesperado en la postura de apoyo al mercado del BCE, podría sin duda hacer retroceder a la bolsa española, sobre todo en el primer caso en el que veríamos cierto desplome.

¿Europa seguirá siendo el mercado más fuerte?

La inercia positiva del crecimiento de la Europa del euro, basada principalmente en la demanda interna (creación de empleo y consumo), se mantendrá durante los próximos meses y debería de favorecer el positivo comportamiento de los índices de la zona. Sin embargo, la necesidad de ser selectivos en las compañías en las que se invierte se acrecienta. Esto es debido a la menor fuerza de varios catalizadores clave en la primera parte del año: más que nunca, sobreponderar la gestión activa de la bolsa europea sobre la ligada a índices, eligiendo, eso sí, bien los gestores.

¿Y la bolsa de EEUU?

El ciclo expansivo de la economía estadounidense va ya para 8 años y podría estar llegando a su final. Creo que su prolongación depende principalmente de la posible aprobación de la reforma fiscal por parte de la «Administración Trump» y lo sucedido durante los últimos días alienta la posibilidad de que ello suceda.
Los efectos socioeconómicos de esta aprobación tardarán en tomar cuerpo y en reflejarse en los datos macro de EEUU, pero el plus de confianza que esta norma puede implicar para consumidores y empresarios debería de plasmarse de manera positiva en la renta variable y en el dólar.

No obstante, el riesgo de fuerte retroceso de los mercados de acciones estadounidenses va a continuar flotando en el ambiente como ha sucedido a lo largo de todo el año. Como sabemos, las valoraciones de la bolsa americana son las más exigentes entre los países desarrollados y en las cotizaciones de muchas empresas, sobre todo de algunas tecnológicas, ofrecen síntomas de burbuja. Pero estas, las burbujas, no son tales hasta que no explotan y parece que, por ahora, los beneficios de muchas compañías continúan alineándose con las alzas de sus precios en Bolsa. Conclusión: prudencia, posible realización parcial de beneficios y no incremento de posiciones en este activo.

¿Y la renta fija?

Los tipos de interés podrían comenzar su fase crítica con la subida del tipo de intervención de la FED en el próximo mes de diciembre. De ser así, esto afectará directamente a los bonos americanos y muy probablemente también a los europeos, siendo en ambos casos, para mal (caída de precio y subida de rentabilidad).
En lo referido a este activo, pocos dudan de que sí que podría existir una burbuja, si bien su desvanecimiento, vía subida de los tipos de interés en sus distintos plazos, podría ser progresivo.

En todo caso, lo más recomendable sigue siendo mantenerse alejado de los bonos con plazos superiores a 2 años.

¿Y otros mercados e ideas de inversión?

Otros activos e ideas de inversión como la renta fija emergente, la renta variable japonesa, la gestión de valor relativo en acciones y bonos y la deuda bancaria, mantendrán su contribución favorable a las carteras bien diversificadas. Esta, junto con la adecuada visión de plazo para cada tipo de activo y un buen asesoramiento, son los elementos fundamentales para que, aunque no los garanticen, se allane el camino para lograr buenos resultados en una cartera de inversión.