Alejarse del rebaño, pero no demasiado

La mayoría de las personas somos gregarios. Nos cuesta mucho romper con la tendencia dominante. Nos gusta pertenecer a grupos: clubes, partidos políticos, comunidades, pandillas… Es muy difícil ser “diferente” porque el entorno presiona para que seamos iguales. Seguimos modelos cada vez más globales en casi todos los campos: las ideas sobre el mundo, la forma de vestir, en qué trabajar o cómo divertirse.

¿Por qué es esto relevante en un boletín de inversiones? Porque invertir en los mercados es participar en un juego de suma cero. Esto es que, para que uno gane, uno tiene que perder y, por tanto, para ser un gran inversor hay que ser capaz de tener ideas diferentes de las que “tiene todo el mundo”. Para ser exactos, invertir es un juego de suma cero respecto a los índices, el conjunto del mercado. Para generar valor (alfa) en tu cartera alguien tiene que estar destruyendo valor en la suya. Por tanto, no se puede generar valor si uno se limita a ir con la masa. Solo discrepando de la idea general podremos aprovechar oportunidades y evitar riesgos.

Dos situaciones clásicas en las que el ser “independiente” es bueno son el pánico y la avaricia. Cuando las ventas son masivas y se vende sin importar el precio, es buen momento para comprar. Cuando todos compran y compran por mucho que haya subido un activo (burbuja), es buen momento para vender. Se atribuye a Rockefeller el decir que, cuando su limpia-botas le hablaba de valores bursátiles, había llegado la hora de vender.

Pero entre los extremos de la euforia y el pánico hay un mundo de situaciones “normales”.

¿Qué hacemos, pues, en la normalidad? Mi respuesta tiene dos partes:

  1. Si no tenemos una idea especialmente sólida, no hagamos nada.
  2. Si tenemos una idea sólida y “diferente” del consenso, pongámosla en práctica. Esto solo ocurre de cuando en cuando y hay que ser capaz de tener un convencimiento profundo para ir “contra-corriente”. Necesitaremos tiempo, bastante tiempo, pero suele llegar el resultado.

Resumiendo, nuestra tarea como asesores consiste en observar el mercado, deducir qué piensa en agregado (qué está descontado), analizar la realidad y ver si nuestras conclusiones difieren de las generales. Cuando encontramos diferencias suficientemente importantes y nuestro propio análisis tiene pocas fisuras, realizamos nuestras apuestas. Con paciencia y controlando bien los riesgos, los resultados suelen llegar.

Santiago Churruca
iCapital AF EAFI e iCapital WMS